BALNEARIO IPORÁ

Surgido hace algo más de 30 años, se ubica apenas a 7 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó. La propuesta es conocerlo y disfrutar de su entorno. Allí, las colinas arboladas con pinos y eucaliptos rodean un gran lago artificial de ocho hectáreas. Además, Iporá cuenta con un camping, un parador con piscina y lindas casas de descanso. A su vez, si se continúa dos kilómetros por un camino de balasto, se podrá visitar el vivero municipal y un segundo lago artificial. Este es más reciente y tiene una extensión mayor que el primero: treinta y seis hectáreas. Por tratarse de una corta distancia, la propuesta es realizar el paseo desde Tacuarembó a Iporá en bicicleta. Una tarde templada puede ser el momento perfecto para visitar Iporá y refrescarse en sus enormes lagos artificiales.

Una vez en el Parque Rodó se debe doblar a la izquierda para ingresar a la Avda. María Esther Castillón. Esta, pasa a llamarse Paul Harris más adelante. Pocos metros después se cruzan dos puentes sobre el arroyo Sandú chico. Enseguida, se dobla a la izquierda por un camino de bitumen. Un cartel indica que en esa dirección se llega al balneario Iporá. Se transita entonces por la angosta Avda. Héctor Gutiérrez Ruiz. A mano derecha, se encuentran modestas casas, mientras que hacia la izquierda se ve la ciudad alejándose.
Después de recorrer un kilómetro por la avenida ( Km. 1900), un cartel senala a la derecha en dirección al bonito balneario. Luego de girar, se continúa transitando por la misma avenida. Desde allí, se ven grandes rocas al costado del camino y al avanzar se cruza una pequena calzada. La avenida presenta un recorrido sinuoso y ondulado. Se recomienda al ciclista mantener un ritmo suave durante el trayecto de modo de llegar aún con energías para disfrutar de los lagos artificiales de Iporá. El camino tienen profundas banquinas y alambrados a sus lados.
Se aprecia un ondulado paisaje y montes de eucaliptos dispersos en los campos aledanos. Luego de una acentuada subida se cruza una calzada. A los 700 metros (Km. 5100), se ve un camino de balasto hacia la izquierda que se debe ignorar. Continuando por la senda de bitumen comienza una sucesión de altos eucaliptos al borde del camino. estos proporcionan la primera sombra de todo el recorrido. Está la posibilidad de detenerse para descansar, o continuar pocos metros más, hasta llegar al balneario. En el Km. 6 se ubica hacia la izquierda, uno de los impresionantes lagos artificiales del balneario de Iporá. El nombre Iporá proviene del guaraní y significa agua dulce. Apenas se ingresa al balneario se ve el Lago de la Juventud. Este se encuentra rodeado de verdes colinas y dispone de pintorescas sombrillas de paja en sus orillas.

Su agua limpia y fría parece un espejo reflejado en el azul del cielo. A medida que se avanza, se ubica un prolijo parque a mano derecha y comienza una subida. Hacia la izquierda, un camino de balasto se dirige a un segundo lago artificial, que se encuentra a dos kilómetros de distancia. Ambos lagos tienen en promedio una profundidad de 17 metros en la parte más honda. Continuando por la subida de bitumen se ubica a mano derecha el camping Iporá y en la cima de la colina, el parador municipal. Como una alternativa a los lagos artificiales, el parador ofrece una gran piscina de 50 metros. El balneario brinda también la oportunidad de ejercitarse y practicar fútbol, básquetbol, voleibol o simplemente nadar. El valor de la entrada para hacer uso de las instalaciones de la piscina es accesible. El viajero puede dar allí por culminado el paseo o recorrer la zona en bicicleta para observar las hermosas casas de fin de semana. A su vez, vale la pena continuar por el camino de balasto, al borde del lago de la Juventud, con el fin de visitar el vivero municipal y el segundo gran lago artificial.




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