El camping Treinta y Tres Orientales, situado en la capital del departamento de Durazno, ofrece al visitante un hermoso entorno natural, a orillas del río Yí rodeado de un tupido monte autóctono bien preservado y aprovechado. Es precisamente en este camping que se propone una caminata por las pequenas playas junto al río. El paseo lleva algo más de una hora y realmente vale la pena realizarlo. Una vez en la ciudad de Durazno, la calle Dr. Emilio Penza, en dirección al estadio Ernesto de León, conduce al camping Treinta y Tres Orientales. Su acceso se ubica un par de kilómetros más adelante. El camping cuenta con una zona de carpas de 15 hectáreas, distribuidas en tres áreas que difieren en su localización con respecto a los servicios disponibles y a la costa. Pocos metros después, se halla un extenso y alto monte nativo que ingeniosamente alberga parrilleros bajo sus árboles.

Sobre la calle principal, se encuentran coloridos módulos donde se presta todo tipo de servicios. Allí se puede comprar tanto carne como helados o pan. Frente a ellos se sitúan el parque infantil y la administración del camping. Si se avanza unos metros se llega a la playa El Sauzal, una amplia extensión de blancas arenas a orillas del río Yí. Las aguas del río son límpidas, sin indicios de vegetación acuática y si profundidad aproximada es de tres metros. La corriente del río es suave y solo se enturbia después de lluvias fuertes. Del otro lado del Yí se ve un espeso monte nativo que impacta por la variedad de tonos de verde. Una vez en la playa El Sauzal, a mano derecha se encuentran los botes y canoas que se ofrecen en alquiler. Los amantes de la pesca encontrarán en la zona la posibilidad de tentar un buen pique. Junto a las embarcaciones se inicia el recorrido hacia el este por un sendero de arena que discurre debajo del tupido monte indígena. Del lado derecho del camino se situan dos pequenas casas con vista al río.

A medida que se avanza el caminante se interna en el monte, permitiendo a viajero protegerese del sol y respirar aire fresco. La caminata trata de acompanar el curso del río. Hacia la derecha, debajo de la compacta vegetación, se ubican algunos parrilleros aislados. Luego de descender seis escalones de piedra, se dobla hacia la izquierda para arribar a una pequena playa denominada por lo lugarenos como Los Tupamaros. Debido a su reducido tamano y al entorno arbolado tiene un encanto particular. Al continuar por el sendero marcado, se divisa el cierlo a través de las ramas del monte. Son varios los caminos que surcan el área, lo que hace difícil marcar uno como definitivo. De todas formas se debe intentar no alejarse demasiado de la costa. La siguiente playa que surge en el recorrido es la de los Enamorados, más amplia que la anterior pero menor que la playa El Sauzal. También posee arenas blancas y hay diez senderos que llegan a ella.

Aquí la otra margen del río parece acercarse, con sus enormes sauces y sarandíes al borde del agua. Después de visitarla, se continúa hasta la llamada playa del Puente, que debe su nombre a la cercanía del puente de la ruta 5, que atraviesa el país de norte a sur. Desde la ruta también se tiene acceso a la playa. Al proseguir el paseo bajo el monte, se escuchan los trinos de los pájaros que tienen aquí su hábitat natural. Los senderos transitan por repechos y descensos y luego de superar un tronco atravesado en el camino se llega a la playa Puente. Esta es la más grande de las playas a orillas del río Yí y banarse en sus aguas se vuelve una tentación irresistible. Es conveniente emprender el retorno en horas del día, antes del atardecer. Recuerde en todo momento respetar la naturaleza, tal como se pide a todos los visitantes en el camping Treinta y Tres Orientales.